ESCRITOR FANTASMA Y LA EMPATÍA

En escritor por encargo defendemos que, para ser escritor fantasma, más importante incluso que saber escribir, es saber entender a las personas.

Y es que la labor fundamental del escritor fantasma en otorgarle al cliente el texto soñado, el reflejo de sus ideas. ¿Cómo se consiguen mimetizar dos personas que ni se conocen? ¿Cómo plasmar las reflexiones de un extraño y conseguir que, cuando las lea, las sienta tan suyas como siempre? El escritor fantasma debe ser comprensivo, tolerante, abierto y, en parte, psicólogo, debe ver a través de las personas, debe saber “calar” a la gente, para ofrecerles lo que piden y necesitan.

Cada persona y cada historia es diferente, la clave en sí no es ofrecer una literatura que, a niveles profesionales, destacaría como excelente, sino ofrecer el libro que el cliente anhela, el que querría, personalmente, haber escrito él, y ésa es una cuestión que queda fuera de toda crítica literaria, primero la persona, y después el valor comercial.

El escritor fantasma debe desprenderse de los prejuicios y de sus propias ideas, pensar que no es él quien escribe, sino su cliente, y hacerlo en consecuencia. ¿Cómo reaccionaría la otra persona? ¿Cómo habla? ¿Cómo se mueve? ¿Qué tipo de lenguaje usa?

Escribir un libro es un proceso maravilloso del que se aprende mucho, no solo de la literatura, sino de uno mismo, permitir que, aun no redactándolo, sea el cliente quien experimente estas sensaciones, es la clave y el valor añadido del servicio de escritor por encargo. Porque no hay que engañarse, el cliente pide que otro escriba su historia, pero quiere sentir que cada palabra ha salido de su mano y su mente, pudiendo olvidar, en el futuro, que no fue así. Lograrlo, es la mejor cualidad del escritor fantasma.