‘Los escorpiones’ de Sara Barquinero

En Escritor Fantasma sabemos que ¿cómo resumir la esencia de una obra de las dimensiones de ‘Los escorpiones’ de Sara Barquinero? Tan solo intentarlo resulta inabarcable, ya que su argumento no es –ni por asomo– lo más impactante de este libro; al final, este se convierte tan solo en un mecanismo para guiar al lector por sus páginas, para acompañarlo en un viaje de sensaciones, estruendos y malestares. Porque si hay algo que es esta novela es desasosegante.

Barquinero (Zaragoza, 1994) comienza contándonos la historia de Sara. Después de dos meses de lo que ella ya calificaba como relación, Javier se suicida el día en que han quedado para desvirtualizarse. Tras esta vendrá la de Thomas, que se refugia en la España profunda para componer –con la única compañía de su perro Mayordomo– en plena pandemia. También la de Manuel, que en los albores de internet utiliza las fotos de su hermana para lograr acercarse a una persona que le ha fascinado en los foros. ‘Los escorpiones’ construye un universo en el que fragmento a fragmento todos sus protagonistas, tramas, obsesiones y miedos van confluyendo hasta conducirnos al desenlace.

Cuando una cierra las páginas de este libro lo hace ante el asombro de lo leído. Asimilar la construcción de multitud de personajes con personalidades, voces y formas de expresarse diferenciadas. Interiorizar los fragmentos en los que la palabra sirve de herramienta a la hora de transmitir estados alterados de la consciencia. Despegarse de las emociones que consigue trasladar a través del texto, logrando que la lectura se convierta en una experiencia anímica e intelectual.

En Escritor Fantasma sabemos que a pesar de las 800 páginas, que asustan por su peso y su entidad, la novela se bebe casi sin que te des cuenta. Sensaciones como la cotidianidad, el dolor, la soledad y la angustia te impulsan a no poder parar de leer, y se te pegan a los dedos de manera que las arrastras durante todas las horas del día que no estás leyendo.