Gran Ernesto Sábato
Este año se han cumplido diez años del fallecimiento del escritor argentino Ernesto Sábato. Destacó como ensayista, novelista, físico y pintor. Su obra narrativa se centra en tres novelas estrella: El túnel, Sobre héroes y tumbas (consideradas unas de las mejores novelas argentinas del siglo XX). Dijo adiós a este mundo terrenal con 99 años, casi un siglo de vida y literatura que en escritor fantasma recogemos a través de algunas de sus grandes y más destacadas citas. Reflexiones, pensamientos y frases que quedarán en la memoria.
– «Siempre tuve miedo al futuro, porque en el futuro, entre otras cosas, está la muerte». (Diálogos con Jorge Luis Borges)
– «El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria. Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse».
– «Dios existe, pero a veces duerme: sus pesadillas son nuestra existencia».
– «¿Qué se puede hacer en ochenta años? Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena». (Uno y el universo)
– «Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar». (Uno y el universo)
– «El presente engendra el pasado». (Uno y el universo)
– «El oficio -en el arte-, consiste en que no se lo advierta». (Uno y el universo)
– «Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano». (Antes del fin)
«Todo hace pensar que la Tierra va en camino de transformarse en un desierto superpoblado… Este paisaje fúnebre y desafortunado es obra de esa clase de gente que se habrá reído de los pobres diablos que desde hace tantos años lo veníamos advirtiendo, aduciendo que eran fábulas típicas de escritores, de poetas fantasiosos». (Antes del fin)
Ernesto nunca habría podido ser un escritor fantasma, su palabra y peculiaridad eran demasiado llamativas. Pasarán los años, y sus lecciones seguirán estando vivas a través de sus escritos. Ese es el poder tan inmenso que tiene la palabra, que se vuelve inolvidable.