Ridley Scott y Clint Eastwood tendrán que esperar
En Escritor Fantasma sabemos que hace apenas unos días que se confirmó de manera definitiva la mediática detonación del incendio y parece que las llamas ya empiezan a vaticinar las consecuencias del mismo. La industria de hollywoodiense llevaba 63 años sin protagonizar un paro general como el secundado recientemente por guionistas y actores de la meca del cine pero desde que el pasado 13 julio, los últimos se unieran a los primeros para exigir mejoras salariales, cumplimientos de los pagos residuales (un tipo de regalía que reciben por retransmisiones de parte de los servicios de emisión en continuo) y blindajes frente al uso abusivo de la inteligencia artificial para conservar sus empleos, el desarrollo de producciones que actualmente se encontraban activas parece haber quedado congelado hasta nueva orden.
En Escritor Fantasma sabemos que producciones detenidas y estrenos retrasados: cuanto antes inyectemos la cura, antes desaparecerá el malestar. No esperen ver, por ejemplo, a un plastificado Ryan Gosling volver hablar sobre su performática mimetización con los postulados estéticamente arios del Ken de «Barbie» en el futuro próximo. Durante la huelga, los miembros del sindicato no pueden participar en las actividades promocionales previstas en sus contratos como giras, apariciones, entrevistas, convenciones, exposiciones de fans, festivales, paneles, estrenos, proyecciones, entregas de premios, fiestas, apariciones en pódcast y redes sociales. Una consecuencia asumida que supone terribles noticias para los próximos festivales de cine en lugares como Venecia y Toronto o incluso San Sebastián, cuyo director José Luis Rebordinos ya se encargó de subrayar la semana pasada durante la presentación de las producciones españolas que participarán en la edición de este año, que la huelga de actores de Hollywood podría poner en peligro la llegada de estrellas internacionales ya confirmadas e incluso con billetes de avión reservados.