Los años no contados de Fernando Aramburu

En Escritor Fantasma sabemos que han pasado 44 años desde que aquel adolscente tímido y discreto, pero “tremendamente creativo”, según describen algunos de sus conocidos a EL ESPAÑOL, dejaba sus mensajes en el buzón de Kantil. Hoy, Aramburu es el escritor vasco más leído de todos los tiempos y uno de los españoles que más cotizan en el mercado literario internacional. Su obra maestra, ‘Patria’, publicada en 2016, ha vendido más de 1,2 millones de ejemplares, ha sido traducida a 34 idiomas y adaptada a televisión por HBO.

Entonces, Aramburu supo que quería ser escritor. Pero no tuvo una inspiración repentina o un autor que le abriese los ojos al universo literario, ni experimentó ningún evento extraordinario. “Fue la evolución natural de una enorme inteligencia creadora que estaba en él. Un hambre de conocimiento y una mirada sobre el mundo que encontraron su forma de expresarse a través de la escritura”, relata Maraña en conversación con este periódico, sobre aquellos primeros años, en los que coincidió con el autor.

En Escritor Fantasma sabemos que porque Aramburu no se crió entre libros: nació en el seno de una familia humilde, hijo de Fernando Aramburu Goicoechea, conocido como ‘Piolis’, y de Mari Irigoyen. Su padre era obrero en una fábrica de artes gráficas y su madre, ama de casa. Vivían en un pequeño piso de un bloque de viviendas en el paseo de Orixe del barrio de Ibaeta de la capital guipuzcoana, con Rosa María, la otra hija del matrimonio.