PREMIO CERVANTES 2018

Sus majestades los reyes Felipe y Leticia presidieron ayer el acto donde el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, recibió el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras en lengua española. Este premio, concedido a las creaciones de autores españoles e hispanoamericanos, se celebró en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares frente a otros personajes ilustres como el presidente del gobierno, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, la presidenta de la Comunidad, el rector de la Universidad y el alcalde de Alcalá.

Sergio Ramírez ha recibido de manos del Rey la medalla acreditativa como ganador del premio Cervantes. Como no podía ser de otra forma, su discurso comenzó dedicando unas palabras a la situación actual de su país: «Quería dedicar el premio a la memoria de los nicaragüenses que han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia y a los miles de jóvenes que siguen luchando porque Nicaragua vuelva a ser república». Acto seguido recalcó que «lo esencial de un escritor es encontrar la esencia de las cosas perdidas y no esas cosas perdidas». También tuvo una mención especial para su esposa Tulita, a quien agradeció su apoyo y le dedicó su oficio, además de nombrar a sus hijos y nietos.

Ya sabíamos en escritor fantasma que el nombre de Sergio sonaba desde hacía años para optar a este premio, pero ha sido en esta edición, cuando el jurado ha destacado su capacidad “para unir en su obra la narración, la poesía y el rigor del observador y el actor, así como por reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, todo ello con excepcional altura literaria y en pluralidad de géneros, como el cuento, la novela y el columnismo periodístico”.

Nacido en 1942 en Masatepe (Nicaragua), es doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. En 1960 fundó la Editorial Universitaria Centroamericana y la revista Ventana para, unos años después, guiar el Grupo de los Doce, formado por intelectuales, empresarios, sacerdotes y dirigentes civiles, en lucha contra el régimen de Somoza. Tras el triunfo electoral del Frente Sandinista, fue elegido vicepresidente de su país, abandonando la política en el año 1996 para dedicarse de lleno a la escritura. En escritor fantasma destacamos como algunas de sus obras más aclamadas “Margarita, está linda la mar”; “Mil y una muertes”; “Un baile de Máscaras” o “La Fugitiva”.